miércoles, 15 de agosto de 2012

Ejercicio fisico y cardiopatias I

El ejercicio fisico en cardiopatas lejos de estar prohibido, debe ser prescripto para resguardar el resto funcional del corazon.
Las reglas para establecer la participacion de sujetos con cardiopatias congenitas o adquiridas , debido a las dificultades para cuantificar el esfuerz miocárdico durante el ejercicio, lo cual depende por un lado del tipo de deporte o actividad recreativa, y por otro de la cardiopatía congénita o adquirida de que se trate.
Resulta igualmente complicado calcular las demandas metabólicas de las distintas actividades físicas o deportivas, ya que la carga hemodinámica
impuesta es impuesta es diferente para cada deporte, e igualmente ésta será diferente según el grado de entrenamiento físico del sujeto. También juega un papel relevante no solo la cardiopatía en sí, sino también la gravedad de la misma. Otras veces las manifestaciones clínicas de la enfermedad aparecen por primera vez durante el ejercicio, pudiendo plantearse situaciones urgentes y graves para el paciente. En este senti
do, la “prueba de esfuerzo” se confirma como un test muy útil para valorar la resistencia al esfuerzo, y la posible aparición de arritmias o fenómenos isquémicos que harían que el deporte estuviera contraindicado en esos casos.
Por todo ello, es preciso que se realice en estos pacientes una valoración completa de la situación cardiovascular (que incluya una historia clínica completa, además de exploración física y exploraciones cardiológicas complementarias) con el fin de tener toda la información posible de la situación del paciente . Para poder concluir con una va-loración precisa, deberán integrarse di-versos e importantes factores relacionados con la participación del niño en ac-tividades deportivas, tales como el tipo de deporte, fisiología del ejercicio en re-lación con la cardiopatía del niño, así como la historia natural del proceso.
Por último, será importante valorar, de forma individualizada en cada paciente, la posibilidad de que se limite su actividad exclusivamente a la práctica de ac-tividades recreativas, o que por el con-trario pueda extenderlas al entrenamien-to y la competición. No obstante, la respuesta de qué es lo seguro para el paciente, no es posible contestarla con ab-soluta precisión, y las recomendaciones deberán basarse en el juicio del evalua-dor, o mejor, del equipo evaluador, así como en la experiencia y en la existencia de protocolos específicos diseñados para este grupo de población.

Tabla 1.- Protocolo de actuación médica para la valoración de la aptitud física
Historia Clínica
Exploración Física
Evolución natural de la enfermedad* (valoración del riesgo)
Exploraciones complementarias:
Analítica
Electrocardiograma
Ecocardiograma-doppler-color
Prueba de Esfuerzo (valorativa de capacidad funcional)
Holter
Estudio hemodinámico y/o electrofisiológico en pacientes de alto riesgo.
(*) Los pacientes con arritmias sintomáticas, síncopes, hipertensión pulmonar, y disfun-ción miocárdica se consideran de alto riesgo


El ejercicio físico es uno de los pilares centrales de los programas de rehabilitación cardiaca. Dichos programas se dividen generalmente en tres fases sucesivas (1), en las que la prescripción del ejercicio se adecua a la situación clínica y de capacidad física del paciente:
 
-         Fase I, intrahospitalaria, que abarca las primeras semanas de hospitalización, y cuyo objetivo es iniciar la movilización precoz de los pacientes para evitar los riesgos del decúbito prolongado, como la hipotensión ortostática, las atelectasias, y las trombosis venosas. Por ello, los ejercicios realizados en esta fase entran dentro de los fisioterápicos, con movilizaciones inicialmente activas y posteriormente pasivas, junto con sedestación y ambulación precoses.
 
-         Fase II, Intra-extrahospitalaria, durante los primeros meses tras la hospitalización, con el objetivo de adaptarse a ejercicios de mayor intensidad y mejorar la capacidad aeróbica del paciente, que aún requieren monitorización electrocardiográfica durante las sesiones en dicho periodo.
 
-         Fase III, Extrahospitalaria o Comunitaria, a partir del tercer o cuarto mes y que incluye todo tipo de ejercicios dirigidos a mejorar las capacidades aeróbicas y anaeróbicas (fuerza muscular), y a reducir los factores de riesgo coronario.
 
La mayor parte de los cardiópatas que se benefician de los programas de rehabilitación y prevención secundaria, pertenece a la fase III o comunitaria. Por esta razón, dado el  aumento del número de consultas sobre el ejercicio de estos pacientes durante sus revisiones cardiológicas, tanto a nivel hospitalario como ambulatorio, es necesario desarrollar la planificación de las estrategias que les permitan acceder a una práctica de ejercicio físico segura y controlada.
 
Las recomendaciones de ejercicio para esta población ante el inminente riesgo que éste puede desencadenar, deben ser muy específicas, concretas y pormenorizadas, de acuerdo con la patología subyacente y el nivel de aptitud física en cada caso.

IMPORTANCIA  DEL EJERCICIO FÍSICO EN LOS CARDIÓPATAS
 
Antes de desarrollar las recomendaciones sobre la práctica del ejercicio, el paciente debe estar concienciado de la importancia de los beneficios que dicho hábito puede reportarle a su salud, en general, y a su miocardio, en particular. Por ello, el primer objetivo es aclararles y transmitirles los efectos del ejercicio sobre los factores de riesgo coronario y sobre su cardiopatía en concreto.
 
En pacientes con cardiopatía isquémica, el entrenamiento físico mejora la vasodilatación dependiente del endotelio tanto en los vasos coronarios epicárdicos como en los vasos de resistencia, según los resultados de una investigación que se publica en The New England Journal of Medicine (2000). No obstante, a que los estudios sobre el efecto cardioprotector de entrenamiento físico en pacientes con cardiopatía isquémica han tenido resultados contradictorios.
 
EVALUACIÓN DE LA CAPACIDAD FUNCIONAL
 
En el paciente con cardiopatía isquémica el VO2 máx. se reduce según el grado de limitación que determine la afección miocárdica tras el infarto agudo de miocardio . De todas formas una capacidad normal de esfuerzo no excluye una importante afección cardíaca, ya que no debe ignorarse la ausencia de correlación entre el grado de alteración de la fracción de eyección en reposo y la capacidad frente al esfuerzo: algunos pacientes con una alteración muy importante de la fracción de eyección conservan una buena tolerancia al esfuerzo .
 
Un MET es la unidad metabólica que representa el consumo de oxígeno promedio en condiciones basales y equivale al consumo de oxígeno de un individuo en situación de reposo (3,5 ml/kg/min). Por tanto, 6 METS es una actividad física que multiplica por seis ese consumo basal.
 
También se observa con frecuencia en el informe o en la historia clínica, la capacidad funcional del paciente expresada en grados l, Il, lll, o IV . Son reflejo de una clasificación de la Sociedad Neoyorquina de Cardiología, o de la Canadiense.
 
En el grado I estarían los pacientes con ausencia de síntomas en su actividad habitual y equivaldría a poder realizar 7 o más Mets. El grado ll son pacientes sintomáticos de angina o disnea con actividad moderada o limitación ligera de su actividad física (5-6 Mets). El grado lll, síntomas con escasa actividad o notable limitación  de su actividad física (3-4 Mets). Y el grado IV con síntomas en reposo (1 o 2 Mets).
 
  1. Trastornos ligeros (grupo I)
 
La capacidad frente al esfuerzo es normal (marcha rápida o muy rápida, ascenso de pendientes, correr, subir escaleras, transportar pesos y realizar actividades deportivas, incluidas las de competición). El porcentaje de incapacidad está comprendido entre el 0 y el 5%.
 
  1. Trastornos moderados (grupo II)
 
La capacidad de esfuerzo no es completamente normal, pero el paciente continúa siendo apto para realizar esfuerzos importantes o relativamente importantes: marcha rápida, ascenso de una cuesta, subir más de tres pisos, correr distancias cortas, efectuar actividades deportivas sencillas, no competitivas (natación, marcha, bicicleta, golf, etc.). El porcentaje de incapacidad varía entre el 5 y el 15%.
 
  1. Trastornos medios (grupo III)
 
La capacidad de esfuerzo está alterada, pero el paciente sigue siendo apto para realizar esfuerzos medios. La marcha normal es completamente factible, y si es rápida  aparece ahogo; así mismo, es posible subir dos pisos, aunque sea imposible correr, realizar actividades deportivas simples que el paciente pueda adaptar a sus circunstancias a voluntad (golf, natación, marcha, etc.). El porcentaje de incapacidad estaría entre el 15 y el 30%.
 
  1. Trastornos importantes (grupo IV)
 
La capacidad de esfuerzo está reducida o muy reducida, aunque el paciente continúa siendo apto para realizar esfuerzos moderados: al andar debe pararse si deambula a un ritmo normal en compañía de otra persona, y también cuando anda en terreno llano a su propio ritmo, al subir escaleras presenta ahogo antes del segundo piso y le resulta imposible correr, aunque puede efectuar las labores de casa (ir de compras, cocinar, limpiar, mantenimiento), excepto aquellas que exigen especial esfuerzo. El porcentaje de incapacidad oscila entre el 30 y el 60%.
 
  1. Trastornos muy importantes (grupo V)
 
La capacidad de esfuerzo está muy disminuida. Como máximo (porcentaje de incapacidad cercano al 60%), el paciente puede llevar a cabo por sí sólo los denominados actos esenciales de la vida diaria, como acostarse y levantarse de la cama, vestirse y desvestirse, efectuar su higiene corporal, desplazarse por el interior de la casa, sentarse en una silla y levantarse de la misma, cortar el pan, servirse bebida, alimentarse, ir al baño, limpiarse, lo que corresponde a esfuerzos ligeros. No es capaz de efectuar las actividades domésticas, ni siquiera las más sencillas (limpiar, ir de compras, cocinar). En un estadio más de gravedad, el paciente puede realizar por sí sólo, sin ayuda, el 75, el 50 y el 25% de los actos fundamentales de la vida diaria, y en los casos más graves es completamente dependiente de su entorno (paciente encamado permanentemente). El porcentaje de incapacidad es superior al 60%.
 
EFECTOS BENEFICIOSOS DEL EJERCICIO SOBRE LOS FACTORES CORONARIOS
 
El ejercicio físico aeróbico provoca adaptaciones físicas y bioquímicas, periféricas y centrales, por ejemplo aumento de las mitocondrias en el músculo esquelético entrenado, mejora de la actividad enzimática, mioglobina y la capilarización (5). El resultado de estas adaptaciones intermediarias al esfuerzo se expresa en la reducción de la demanda de oxígeno miocárdica  en un nivel submáximo de trabajo.
 
Los efectos periféricos se concretan en una disminución de la contractibilidad miocárdica, una reducción de la frecuencia cardíaca, la prolongación de la diástole, y la disminución de catecolamina circulantes . Estos factores también reducen la demanda miocárdica de oxígeno.
 Las características del flujo sanguíneo, se mejoran gracias a una disminución en la resistencia de la membrana eritrocitaria . Reduciéndose además, la agregabilidad y adhesividad de las plaquetas.
 En relación al metabolismo lipídico, disminuyen las lipoproteínas, de baja densidad y aumentan las de alta densidad contribuyendo a contrarrestar el proceso ateroesclerótico en conexión con cambios hormonales.
 
Por lo tanto, el ejercicio físico controlado actúa:
 
1.-Sobre el perfil lipídico:
 
v     Reducción de la hipercolesterolemia total
v     Reducción de los triglicéridos
v     Reducción de los niveles de LDL-colesterol
v     Aumento de los niveles de HDL- colesterol
 
2.-Sobre la presión arterial:
 
v     Reducción de los niveles de la presión arterial sistólica en reposo y durante el ejercicio moderado.(Submaximo)
v     Reducción de los niveles de presión arterial diastólica
v     Reducción de la resistencia vascular periférica por el aumento de la red capilar muscular.
v      Mejora el equilibrio del sistema nervioso autónomo (menor estimulación simpática)
 
3.- Sobre la diabetes:
 
v     Mejora el control de la glucemia.
v     Disminuye la hemoglobina glicosilada
v     Aumenta la captación de aminoácidos
v     Mejora la resistencia a la insulina aumentando la sensibilidad de los receptores de dicha hormona, mediante 

una doble vía:
 
-Indirectamente reduciendo el peso graso
-Por acción directa del ejercicio sobre dichos receptores.
 
4.- Sobre la obesidad:
 
v     Reducción del peso total y del peso graso
v     Aumento del peso magro o muscular
v     Aumentan las enzimas de oxidación
v     Aumenta la dinámica cardíaca
 
Como ya se ha mencionado, la prescripción del ejercicio físico, debe ser tanto mas individualizado y especifico cuanto mayor sea el riesgo debido a la patología cardiaca subyacente. De otro modo, los potenciales beneficios de estos programas pueden tornarse en riesgo, ya que algunas respuestas cardio-circulatorias ante un ejercicio inadecuado pueden agravar la situación clínica de los pacientes.
 En el caso de los pacientes con insuficiencia cardiaca, el ejercicio es una indicación clara en las fases I-II, pero dada la baja capacidad física de los pacientes la intensidad debe ser cuidadosamente prescrita y monitorizada para evitar el sobreesfuerzo, lo que en estos  pacientes sucede con facilidad .
Lo anterior también es una condición que debe ser considerada en la intervención con los pacientes de fase III. El ejercicio a intensidad inadecuada produce tres efectos que aumentan el riesgo  de sufrir un mayor daño miocárdico. La sobreestimación simpática, el aumento del estrés oxidativo y la disfunción del sistema  inmune desencadenada por el ejercicio de alta intensidad 

PROGRAMA PRÁCTICO DE EJERCICIO FÍSICO EN CARDIÓPATAS
 
Periodo de calentamiento
 
El inicio de la sesión de trabajo debe ser precedido por ejercicios progresivos de baja intensidad en aquellos grupos musculares que serán utilizados. La elevación progresiva de la temperatura corporal disminuye la viscosidad articular y aumenta la elasticidad muscular, reduciendo las resistencias y por ello haciendo el ejercicio más eficaz energéticamente.
Desde el punto de vista metabólico, el calentamiento aumenta la liberación de ácidos grasos libres, ahorrando el consumo de glucógeno y retrasando la aparición de la fatiga muscular .
 
Ejercicio aeróbico
 
Durante esta fase los ejercicios que se recomiendan son los de tipo dinámico y de contracción isotónica que comprometan grandes masas musculares.
La intensidad del esfuerzo debe ser baja a moderada alrededor de un 50-60% del consumo máximo de oxígeno (VO2 max). Dicha intensidad se puede controlar  mediante la Escala de Percepción Subjetiva del Esfuerzo de Borg  o por medio de la Extrapolación  del Gasto Metabólico para una tarea dada, o por la Frecuencia Cardíaca de Reserva, lo que le permitirá al  paciente sentir siempre el ejercicio como algo agradable y en ningún caso fatigante.
Se exceptúan los ejercicios de remo y similares, por tener  un mayor componente isométrico, como también de brazos, que pudieran aumentar el riesgo de elevación de la frecuencia cardíaca, de la presión arterial y de la demanda de oxígeno miocárdico.
Los episodios de esfuerzos deben ser continuos teniendo por objetivo llegar a una duración ideal igual o mayor a 10 minutos. Para que el estímulo entrenamiento de esta fase sea significativo se precisa un volumen total de trabajo entre 10-30 minutos, que pueden llevarse a cabo de forma continua o a intervalos, dependiendo de la condición  física de los pacientes.
Inicialmente se  aconseja realizar las sesiones de entrenamiento en días alternos para asimilar el trabajo realizado, y según el  mejoramiento de la capacidad funcional se puede ir acortando el tiempo de recuperación, hasta hacer el ejercicio a diario.
Los objetivos cuantitativos del tratamiento físico con sujetos sanos son llegar a gastar una cantidad igual o mayor a 200 Kcal. por sesión. De esta forma, dicho esfuerzo repercute efectivamente sobre el sistema cardiovascular y se logran alcanzar los beneficios adaptativos esperados  e inducidos por el ejercicio (28).
 
Adaptación muscular
 
Si bien el ejercicio aeróbico y dinámico es el que aporta más beneficios cardiovasculares, la reducción del riesgo cardíaco precisa un aumento del desarrollo muscular, dado que las sobrecargas por falta de este desarrollo muscular desencadenan contracturas que aumentan las resistencias periféricas y el riesgo coronario.
El estímulo necesario para mejorar el desarrollo muscular, debe ser gradualmente progresivo, comenzando por movilizaciones de cada segmento corporal sin cargas adicionales, y en varios intervalos de pocas repeticiones a lo largo del día.
Una vez mejorada la capacidad muscular, pueden utilizarse otros elementos como bandas elásticas y mancuernas de poco peso, que sirvan de estímulo para continuar dicho desarrollo.
 
Enfriamiento Progresivo.
 
Al igual que el inicio, la finalización del ejercicio también debe ser gradual hacia el enfriamiento, con ejercicios de estiramiento suaves y de relajación progresiva.
 
MEDIDAS HIGIÉNICAS Y AMBIENTALES
 
Dentro de las recomendaciones para el ejercicio saludable, no deben excluirse las relacionadas con las condiciones ambientales. Como también, recomendar calzado apropiado que disminuya las cargas en las articulaciones de los miembros inferiores, y reduzca las molestias relacionadas con los procesos artrósicos.
Uno de los factores de riesgo más importante relacionado con las disfunciones en estos pacientes, es el calor alterando las respuestas metabólicas y de FC ante  el ejercicio.
Mientras más grave es la cardiopatía, el riesgo es más alto de sufrir disfunciones debidas al calor, estos pacientes no deben ser expuestos a condiciones de temperaturas extremas (31). Su aclimatación es de menor rapidez en comparación a los menos severos.
La aclimatización en terreno  es posible realizando ejercicio gradual entre 7 y 10 días a temperatura ambiente permitiendo aumentar la capacidad para sudar, el sudor aparece a una temperatura corporal más baja y se reduce la pérdida de sal. Las respuestas de temperatura corporal y FC son más bajas durante el ejercicio y se reducen las probabilidades de que haya una reducción de los niveles de sal .
Una hidratación inadecuada, reduce el ritmo del sudor y aumenta las probabilidades de que se produzca una lesión a causa del calor . Por regla general, durante el ejercicio hay que centrarse en reponer el agua gastada y no las reservas de hidratos, de carbono o sal.
Haciendo ejerci­cio a temperaturas ambientales más altas que la temperatura del cuerpo se produce un aumento del calor corporal por convec­ción o radiación. Para que la temperatura corporal se mantenga a unos niveles segu­ros, debe haber una compensación a través, de la evaporación del sudor.
Para facilitar la evaporación,  hay que exponer tanta superficie de la piel como sea posible. Hay que elegir materia­les que permitan la evaporación del sudor; los materiales impermeables al agua au­mentan el riesgo de lesión a causa del calor y, por lo tanto, hay que evitarlos.
La evaporación del sudor, depende de la pen­diente de presión del vapor de agua entre la piel y el ambiente. En ambientes tem­plados y cálidos, la humedad relativa es un buen índice de la presión del vapor de agua. Una humedad relativa baja facilita la evaporación del sudor.
En las épocas en que el calor y la humedad son intensos, la dismi­nución de la intensidad del ejercicio ami­nora la carga de calor, así como la presión sobre los sistemas fisiológicos que deben hacerle frente.
El viento hace que la piel se pon­ga en contacto con más moléculas de aire y puede influir en la pérdida de calor de dos formas. Si hay un gradiente de tempe­ratura para la pérdida de calor entre la piel y el aire, el viento aumentará el ritmo de pérdida de calor por convección. De for­ma similar, si el aire puede aceptar hume­dad, el viento aumenta el ritmo de evapo­ración.
 
RECOMENDACIONES PARA UN PROGRAMA DE EJERCICIO FÍSICO CON  CARDIÓPATAS
 
En terreno se debe realizar ejercicio en las horas más frescas del día para evitar el calor del sol o de las superficies calentadas por éste; Manejar información relativa a los síntomas de las enfermedades relacionadas con el calor: calambres, mareos, etc.
Si es necesario un periodo de aclimatación, se debe aumentar la exposición al calor y a la humedad de forma gradual  en un período de entre 7 y 10 días; bebiendo agua antes, durante y después del ejercicio,  midiendo el peso corporal de  los pacientes todos los días para un buen  control de su hidratación.
De preferencia recomendar para la práctica del ejercicio pantalones cortos y una camiseta de algodón, exponiendo al sol  tanta piel como sea posible, pero sin olvidar algún tipo de protección solar para evitar el cáncer de piel.
Controlar la Presión Arterial y la FC varias veces durante la actividad y reducir o aumentar la intensidad del ejercicio para mantener el rango de la Frecuencia Cardíaca de Entrenamiento (FCE).
Esta última recomendación sobre la FCE, es la más importante. La FC es un indicador muy sensible de deshidratación, carga de calor am­biental y aclimatización. La variación de cual­quiera de estos factores puede modificar la res­puesta de FC ante cualquier ejercicio submáxi­mo fijo. Por lo tanto, es importante que a los pacientes se les controle su FC de forma regular y gradúen su ritmo para mantenerse en el rango de FCE.
 
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 Fuentes 
EJERCICIO FÍSICO Y DEPORTE EN
NIÑOS CARDIOPATAS
Dr. Antonio Baño Rodrigo, Dr. Gabriel Martos Moreno
Sección de Cardiología del Hospital del Niño Jesús.
Universidad Autónoma de Madrid. Madrid 
EL EJERCICIO FÍSICO COMO PARTE DEL TRATAMIENTO EN EL PACIENTE CORONARIO
  *Centro Andaluz de Medicina del Deporte. Hospital de San Juan de Dios.
Consejería de Turismo y Deporte. Junta de Andalucía España
**Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación
Departamento de Educación Física Chile



sábado, 9 de junio de 2012

Ejercicios físicos correctos y seguros para la columna vertebral

Actualmente  las contracturas musculares y el dolor de espalda, son padicimientos comunes debido al nivel de vida.
La zona más vulnerable para una posible lesión o degeneración morfo-funcional es lacolumna vertebral o raquis.
La región lumbar es la zona más problemática, ya que sobre ella recaen gran parte de las fuerzas generadas, especialmente a nivel de la charnela lumbosacra. Es una región que se ve especialmente comprometida en los movimientos articulares forzados, ya que estas acciones alteran los mecanismos de autoestabilización del disco intervertebral, y además producen una importante fatiga de los elementos elásticos que protegen a las articulaciones vertebrales .
Así mismo, la zona cervical y dorsal son zonas muy solicitadas tanto en la vida diaria como en la A.F., por las posiciones que se adoptan comúnmente.
 EJERCICIOS DESACONSEJADOS PARA EL RAQUIS CERVICAL
 Hiperflexión cervical
La hiperflexión cervical se presenta con mayor frecuencia en ejercicios de estiramiento y fortalecimiento de la musculatura abdominal, y cervical (especialmente practicados en salas de musculación).
Los efectos potencialmente negativos que produce serán:
· Daño en discos intervertebrales, vértebras cervicales y alteración de
estructuras radiculares, generándose compresión del paquete vásculo nervioso.
· Sobreestiramiento ligamentoso y muscular
· Desplazamiento del núcleo pulposo hacia la parte posterior, produciendo
tensión en el anillo fibroso .
· En el ejercicio de estiramiento dorso-lumbar denominado "arado" ,
además de la hiperflexión cervical se dificulta la ventilación por compresión de la caja torácica, especialmente si existe un cúmulo de tejido adiposo en la región abdominal.
En este ejercicio, extender las piernas por detrás de la cabeza, alejándolas deésta, incrementa la carga sobre el raquis cervical al transferir el peso del cuerpo.
Otra forma de hiperflexión forzada la encontramos en la realización de ejercicios de fortalecimiento abdominal con las manos apoyadas en la nuca. En dicha posición se incrementa la posibilidad de tirar de la cabeza hacia delante, generando una fuerza que podría dañar la musculatura o las estructuras nerviosas
del raquis cervical . Aunque no llegase a contactar la barbilla con la zona esternal, el momento de flexión de la cabeza a gran velocidad es una acción desaconsejada.
Los problemas descritos no sólo surgen de la práctica de ejercicios desaconsejados, sino que se combinan con posiciones de flexión cervical en las actividades de la vida diaria.
Hiperextensión y circunducción cervical
Los efectos que pueden producir la hiperextensión y circunducción son
similares, destacándose:
· Sobrecarga del complejo músculo-ligamentoso cervical.
· Obstrucción de los nervios radiculares , generada por la reducción del agujero vertebral, pudiendo provocar ocasionalmente mareos.
· Desgarros en los cartílagos articulares.
Estos ejercicios se suelen realizar de forma balística, llevando al raquis cervical a intervalos de recorrido para los que funcionalmente no está preparado. Cualquiera que sea el movimiento en el que se implique el raquis cervical debe basarse en contracciones isotónicas concéntricas lentas.
Si lo que se pretende es estirar y relajar la zona cervical, estas AAD se sustituirán por otros ejercicios.     De esta forma, la alternativa a la circunducción será el ejercicio en el que la barbilla pegada al pecho se gira lentamente de izquierda a derecha pasando por la posición central, describiéndose una semicircunferencia. Se recomienda hacer movimientos de flexo-extensión o inclinación lateral sin
llegar al máximo recorrido articular, porque disminuyen el estrés en las estructuras implicadas en el movimiento
EJERCICIOS DESACONSEJADOS PARA EL RAQUIS DORSO-LUMBAR                            Definición y cinética de la hiperextensión raquídea
La hiperextensión lumbar constituye un aumento de la curvatura lumbar de convexidad anterior respecto a la curvatura fisiológica.
La amplitud que el raquis lumbar puede alcanzar en la extensión, dentro de unos parámetros normales, es de 30 grados. Cotton y Alter  indican que el rango de hiperextensión se reduce a 20 grados en posiciones de decúbito prono.
La hiperextensión lumbar es potencialmente problemática si se realiza de forma balística, ya que se crea un momento de fuerza que supera el control muscular . La velocidad en la ejecución del movimiento es inadecuada ya que es un factor de riesgo en las patologías raquídeas.
Lisón y Sarti (19) indican que las velocidades angulares que alcanza el tronco durante la mayor parte de los movimientos físicos son bastantes bajas, especialmente cuando se comparan con las alcanzadas por otros segmentos corporales. Por tanto, y considerando que esta musculatura es de tipo tónicopostural, constituida básicamente por fibras musculares lentas, se puede afirmar que los músculos lumbares, a diferencia de la mayor parte de los grupos musculares, no requieren ser tonificados a velocidades altas, pues de este modo el índice de peligrosidad aumenta.
El fortalecimiento óptimo de la musculatura paravertebral contribuye a disminuir el dolor lumbar y a aumentar la funcionalidad raquídea . Por esta razón resulta comprensible la necesidad de favorecer el desarrollo integral y armónico de los músculos lumbares mediante ejercicios aconsejados, de escasa peligrosidad, con objeto de crear hábitos saludables.
La hiperextensión lumbar puede producirse de dos formas diferentes. En primer lugar, por la propia actividad muscular de los agonistas responsables de la extensión lumbar (por ejemplo, la hiperextensión lumbar desde decúbito prono). A estos movimientos los denominaremos hiperextensiones propias.
En segundo lugar, por ajustes posturales o anteversión pélvica . Son situaciones donde la posición de determinados segmentos determina una hiperextensión compensatoria (por ejemplo la hiperextensión lumbar que se genera al realizar una abducción escápulo-humeral de 180 grados). En cuanto a la
anteversión pélvica, determina un aumento de la lordosis lumbar en movimientos
forzados. A estas hiperextensiones las denominaremos asociadas, ya que se producen en ejercicios que, aunque no son dirigidos específicamente a la zona lumbar, repercuten sobre ella .
Diversos estudios han puesto de manifiesto que los ejercicios de movilidad raquídea con presencia de hiperextensión lumbar son desaconsejados, ya que pueden desencadenar algias vertebrales, así como alteraciones en las estructuras raquídeas.
Como indican algunos autores, la hiperextensión lumbar puede producir:
· Gran presión intradiscal .
· Estrés compresivo en las facetas vertebrales, invadiendo los nervios
raquídeos .
· Lesiones raquídeas por contacto de las apófisis espinosas (en hiperextensiones máximas) .                          Ejercicios que provocan hiperextensiones lumbares propias
En el entrenamiento deportivo podemos encontrar una gran variedad de estas
acciones:
Ejercicios de hiperextensión con cuatro apoyos.
El famoso "puente" es un ejercicio frecuentemente realizado para el entrenamiento de la flexibilidad vertebral, que provoca cargas excesivas para las articulaciones intervertebrales del raquis lumbar .
Ejercicios de fortalecimiento lumbar en decúbito prono.
Los típicos ejercicios denominados coloquialmente "lumbares" , ejecutados desde decúbito prono en el suelo o en máquina de extensiones, suelen realizarse con grandes rangos de hiperextensión lumbar, superando ampliamente la horizontal. Los movimientos de extensión deberían limitarse a los períodos de mayor actividad eléctrica y menor peligrosidad. Lisón y cols. encontraron que una hiperextensión de poca amplitud tiene un grado de peligrosidad de un 34%, que no resulta excesivamente alto, comparado con otros ejercicios que persiguen el mismo objetivo.
Un problema adicional de la hiperextensión lumbar desde decúbito prono es la frecuente fijación de los pies, por un compañero o cualquier implemento, pues el rango de movimiento al que puede llegar el ejecutante es mucho mayor.
Otro ejemplo de esta AAD, es un ejercicio ejecutado en parejas y desde decúbito prono, donde se pasan un balón medicinal a través de una elevación del tronco. Con este ejercicio se crean fuerzas de inercia que generan una fuerte presión sobre los discos intervertebrales.
Hiperextensión lumbar con control excéntrico abdominal.
La hiperextensión lumbar desde la posición de bipedestación es otro ejemplo válido de hiperextensión propia, aunque es menos problemática debido a que la carga que asume la zona lumbar es más baja respecto a los ejercicios precedentes.
No obstante, algunas variantes de ésta, como el lanzamiento de balón medicinal desde bipedestación o desde apoyo de rodillas , producen una gran hiperextensión, pudiendo alterar estructuras raquídeas
Para desarrollar los músculos espinales hay otros ejercicios adecuados que logran el objetivo tonificador anulando los efectos negativos anteriormente destacados. En éstos, el rango de extensión debe llegar hasta la posición horizontal. Sería conveniente colocar un rodillo acolchado bajo las crestas ilíacas si se
ejecuta en el suelo, o utilizar un banco angulado.
Otro ejercicio muy adecuado para el fortalecimiento lumbar es la elevación de pelvis. Se ejecuta desde decúbito supino, y se ha de realizar una extensión de caderas y tronco hasta formar una línea entre tronco y muslos.
A la hora de optar por un método para fortalecer la musculatura lumbar, Lisón y Sarti hacen la siguiente propuesta de entrenamiento para jóvenes y deportistas: partiendo de posición inicial en tendido prono en un banco, con tronco flexionado 60º y manos en la nuca (centro de rotación a nivel de la articulación
coxofemoral) realizar una fase concéntrica en la que se extiende el tronco hasta la horizontal en 2 segundos; se mantiene la posición durante 5 segundos y se flexiona el tronco hasta los 60º en dos segundos (fase excéntrica).
Ejercicios que provocan hiperextensiones asociadas.
Doble flexión coxofemoral e incorporación de tronco en los ejercicios de
trabajo abdominal.
Ambas AAD generan estrés en las estructuras pélvicas y en el raquis lumbar, ya que aumentan la presión intradiscal. La doble flexión coxofemoral produce una gran actividad del músculo psoas ilíaco, provocando una hiperextensión lumbar cuando se contrae con cierta intensidad.
En cuanto a la incorporación de tronco, si bien no genera hiperextensión lumbar, aumenta en gran medida la presión intradiscal y el posible deterioro vertebral.
Cualquiera de estos ejercicios o sus variantes, realizados de forma continuada, pueden generar alteraciones en el aparato osteoligamentoso del raquis lumbar.
Hiperextensión coxofemoral.
Esta AAD  se produce cuando la articulación coxofemoral sobrepasa los 15-20 grados de extensión. En esta situación, cuando la pierna es elevada, la pelvis realiza anteversión. La razón de este proceso se debe a que los resistentes y fuertes ligamentos de cadera (iliofemoral o de Bertin especialmente), así como los
músculos transarticulares, hacen imposible que la pierna llegue a tales posiciones a través, tan sólo, del eje coxofemoral. Por tal circunstancia, no es correcto hablar de hiperextensión coxofemoral terminológicamente .
Si el movimiento se realiza balísticamente, será habitual que aparezca una hiperextensión lumbar, que debe evitarse, ya que aumenta la presión intradiscal.
Para evitar los efectos nocivos de tal hiperextensión lumbar asociada por anteversión pélvica es necesario finalizar el movimiento de extensión de cadera cuando se agota la capacidad de extensión coxofemoral. Junto a ello, habría que realizar una correcta estabilización a través de los músculos abdominales para
prevenir la anteversión pélvica.
Para que estos ejercicios desaconsejados puedan ser corregidos, se puede variar la posición inicial, permitiendo un trabajo en el que la pierna pueda llegar hasta la horizontal, habiendo realizado un amplio rango de movimiento de extensión coxofemoral .
Doble abducción escápulo-humeral máxima.
Cuando se realiza una flexión o abducción bilateral escápulo-humeral, a partir de los 150 grados se observa como el raquis lumbar adopta una postura hiperlordótica, siendo más evidente en abducción o flexión máxima, y más problemática cuando se añade sobrecarga al movimiento.
Es una acción que produce hiperextensión lumbar, no máxima, pero cuya repetición puede alterar la estabilidad del raquis lumbar.
Por esta razón hay que tender a trabajar con cargas bajas, y realizar los movimientos con un pequeño momento flexor escápulo-humeral. También será adecuado realizar un trabajo específico de mejora de la amplitud de movimiento para esta articulación.
Otra alternativa es realizar la abducción o flexión escápulo-humeral máxima en decúbito supino, ya que en la posición supina resulta más fácil estabilizar el raquis. Hiperflexión lumbar
En la realización forzada de los movimientos en flexión del raquis lumbar, así
como en la ejecución repetida de ciertos ejercicios inadecuados de estiramiento
isquiosural, se genera un incremento de la tensión del raquis, circunstancia que es
preciso analizar teniendo en cuenta la frecuencia con que se realizan dichos
movimientos. La movilidad intervertebral debe producirse manteniendo unos rangos
de amplitud que no comprometan las estructuras osteoligamentosas que dan
estabilidad al conjunto del raquis.
La hiperflexión lumbar es un movimiento que ha sido objeto de múltiples estudios , ya que el peso del tronco, brazos y cabeza queda suspendido por la zona lumbar, lo que puede suponer en algunos casos un gran momento de resistencia para la articulación lumbosacra, que puede dar lugar a desequilibrios.
En la hiperflexión de tronco se observa la desaparición de la actividad eléctrica del músculo erector espinal, fenómeno denominado flexión-relajación. Se trata de un momento en la flexión del tronco (90% de la máxima flexión lumbar) a partir del cual decrece la actividad de la musculatura lumbar .
En este punto los ligamentos lumbares soportan el peso del tronco y asumen el papel de la acción muscular, provocando un sobreestiramiento ligamentoso que genera una menor protección de los discos y vértebras lumbares .
Los efectos nocivos referidos en la literatura científica son numerosos. Entre
ellos destacamos:
· Sobrecarga de los discos intervertebrales, sobre todo L4-L5 y L5-S1. En hiperflexión lumbar la presión sobre el núcleo se incrementa de forma proporcional, así como la compresión sobre el anillo, pudiendo producirse deterioros en la estructura interna del propio anillo y pérdidas en el poder de pretensión del núcleo. Si estas estructuras son dañadas, el sistema de autoestabilidad queda
comprometido.
· En las estructuras ligamentosas generará paulatinamente, en virtud del
fenómeno de fatiga de los tejidos elásticos , una pérdida de elasticidad en dichos ligamentos, lo que provocará una insuficiencia para detener el desplazamiento vertebral indeseado.
· Genera hipercifosis al intentar aumentar el recorrido articular. Los ejercicios en flexión, si no se pueden realizar ampliamente a través del eje transversal coxofemoral, se compensan con hipercifosis dorsal, causando mayor estrés discal y ligamentoso en este núcleo.
La tonicidad de la musculatura paravertebral extensora del tronco se constituirá en un elemento de salvaguarda esencial en los movimientos forzados en flexión de tronco. Si dicha musculatura se encuentra en buen estado, constituirá un elemento de contención al desplazamiento vertebral. Así mismo, es necesario un buen estado de la musculatura flexora del tronco. La contracción de la musculatura
abdominal provoca un aumento de la presión intraabdominal  que interviene como mecanismo de protección del raquis durante el levantamiento de pesos y movimientos en flexión de tronco . Esta presión proporciona un empuje, bajo el diafragma y sobre el suelo pélvico, que se transmite a la espina torácica y a
los hombros por medio de las costillas, disminuyendo así la carga sobre el ranquis.
Por otro lado, con los movimientos repetidos en flexión forzada se aumenta la presión en la parte anterior de los cuerpos vertebrales, circunstancia que, unida a una debilidad del sistema músculo-ligamentoso, será susceptible de provocar acuñamientos vertebrales anteriores.
Durante el período prepuberal y puberal los cuerpos vertebrales van a ir adquiriendo una morfología adolescente y son susceptibles de deformidades plásticas estructurales que pueden ser permanentes. En este sentido, los movimientos repetitivos forzados en flexión adquiridos por el desarrollo de ejercicios
incorrectos de estiramiento y fortalecimiento lumbar contribuyen a generar acuñamientos vertebrales e inestabilidad raquídea .
Concretamente, en los movimientos de flexión de cadera y tronco realizados con piernas extendidas es preciso que tengamos en cuenta la unión lumbo-pélvica, de tal forma que, la acción de flexión en la zona lumbar se va a ver condicionada por la movilidad de la pelvis. A su vez, la movilidad de la pelvis en la flexión de cadera depende de las condiciones de extensibilidad de la musculatura isquiosural. Cuando
dicha extensibilidad está mermada, los intentos del sujeto por flexionar el tronco exageran la flexión raquídea y consecuentemente pueden incrementan los acuñamientos vertebrales.
Ejercicios en hiperflexión lumbar y alternativas para su corrección.
En el campo de la actividad física encontramos un gran repertorio de acciones en las cuales se genera hiperflexión del raquis lumbar. Como ejemplo característico podemos citar el ejercicio de fortalecimiento lumbar concéntrico y excéntrico desarrollado en salas de musculación que vulgarmente es conocido con el nombre de “buenos días” y que magnifica los efectos perjudiciales dadas las altas cargas que son movilizadas. A su vez, es preciso llamar la atención sobre la recogida y transporte de cargas que se produce habitualmente en salas de musculación, donde se reproducen habitualmente dichas acciones.
Por otro lado, los ejercicios de extensibilidad isquiosural en alcance dedosplanta o dedos-suelo y todas sus variantes, reproducen de forma habitual los movimientos de hiperflexión de tronco .
Siguiendo las consideraciones de diversos autores  los ejercicios de estiramiento se han de efectuar con la disposición del raquis alineado, circunstancia que elimina el incremento de la cifosis dorsal compensatoria a la limitación del movimiento de la pelvis . Las ganancias de extensibilidad nunca deben basarse en que el sujeto alcance o sobrepase la planta de los pies, ya que con ello facilitaríamos la adopción de posturas indeseadas en el raquis. Será preciso que se realicen los ejercicios sintiendo y localizando correctamente el estiramiento y disponiendo adecuadamente el raquis.
A menudo, alterando mínimamente la posición de partida, se conseguirá alejar el raquis de la horizontal y reducir la tensión sobre el raquis lumbar. Es necesario plantear un desarrollo de la elasticidad muscular evitando las cargas de presión sobre los discos intervertebrales. Para ello hay que buscar posiciones donde
se descargue el raquis .
Cailliet recomienda los estiramientos unilaterales de los isquiosurales, porque en aquellas personas con isquiosurales cortos, se crea menos presión sobre el raquis lumbar respecto a los ejercicios bilaterales en posición de sedentación. La pierna flexionada protege la zona lumbar evitando la flexión excesiva del raquis lumbosacro. Pero aún con una pierna extendida y otra flexionada, si se intenta aumentar el rango de movimiento flexionando el raquis dorsal (mediante hipercifosis), se someterá a esta zona a una carga considerable.
El factor más importante e indispensable es la prevención, mediante la educación de los sujetos, para que tomen conciencia y control propioceptivo de la movilidad de la articulación coxofemoral y realicen los cierres del ángulo troncopiernas a través del eje coxofemoral, y no por medio de un fuerte cifosamiento dorsal y lumbar, manteniendo el raquis rectificado en todo momento, evitando a su vez cualquier movimiento de flexión cervical y antepulsión de los hombros.
 CONSIDERACIONES FINALES
Como podemos apreciar, han sido detallados diversos ejercicios que son realizados habitualmente en el ámbito físico-deportivo y que son susceptibles de producir alteraciones raquídeas. Es preciso, que tanto entrenadores como médicos deportivos tengan presente las pertinentes modificaciones que exige la práctica de dichos ejercicios y reduzcan la peligrosidad de los mismos.
Sobre todo, esta circunstancia es importante en los procesos de entrenamiento regular y sistemático, donde en gran cantidad de situaciones los deportistas se encuentran al límite de sus posibilidades fisiológicas. Si en estas condiciones se realizan ejercicios potencialmente negativos, la propia fortaleza natural de los deportistas mantendrá intactos los problemas físicos que, tarde o temprano, surgirán debido al declive físico natural que se experimenta con la edad. Será preciso, por tanto, asegurar unas condiciones de ejecución lo más saludables posible, así como incrementar los esfuerzos en materia de investigación que optimice la práctica deportiva y reduzca sus peligros potenciales.

fuente: Dr. Pedro Ángel López Miñarro
Facultad de Educación. Universidad de Murcia

viernes, 4 de mayo de 2012

Lesiones deportivas, Prevención

Consideramos  que una lesión deportiva es aquella que impide al deportista realizar su actividad deportiva determinada por un tiempo determinado por ejemplo 36 hs.


Factores que contribuyen a las lesiones por uso excesivo

 Factores intrínsecos
  • Crecimiento (susceptibilidad de los cartílagos en crecimiento a la tensión repetitiva a la falta de flexibilidad o a los desequilibrios musculares).
  • lesiones previas
  • preparación  física inadecuada
  • Defectos de aliniación anatómica
  • disfunciones menstruales
  • factores sicológicos (nivel de madurez , auto estima)
Factores extrínsecos 
  • Progresión demasiado rápida en el ejercicio o poco descanso
  • Equipamiento / calzado inadecuado
  • Una mala técnica deportiva
  • superficies duras o irregulares
  • Presión por parte de los adultos y los compañeros
Principíos del tratamiento

  • Protección del área lesionada: por medios de tablillas, almohadillas, vendajes para inmovilizar, si hay una herida sangrante proteger el área con gasas esterilizadas y agua oxigenada solamente.
  • Restricción de la actividad: descanso de la lesión ya que el área involucrada comienza la curación de inmediato.
  • Hielo: posee propiedades analgésicas y vasoconstrictoras
  • Comprensión : se debe suprimir mecánicamente el espacio donde se produce la lesión
  • Elevación: controla la inflamación por principio de gravedad y favorece el retorno venoso.
¿Cuál es la base más importante para evitar lesiones?

Una buena forma física es la base más importante para evitar lesiones; aquellas personas que están por debajo de este nivel tienen más probabilidades de padecer lesiones tanto por accidente como por sobrecarga.
 La intensidad y la carga de este debe ser adaptada de forma individual en función del nivel técnico y de la condición física de cada uno.
Todas las actividades encaminadas a mejorar la forma física, (por ejemplo después de un período largo de inactividad), deben realizarse de manera progresiva.

¿Cuál es la función del calentamiento?
Los ejercicios de calentamiento están pensados para preparar al organismo para la actividad física. Cumplen dos funciones muy importantes: evitar las lesiones y mejorar el rendimiento deportivo.                
En reposo, el flujo sanguíneo hacia los músculos es relativamente bajo, y los pequeños vasos están cerrados. Con la actividad, el flujo sanguíneo aumenta a medida que los vasos se van abriendo y preparan a los músculos para el trabajo que van a realizar.
La actividad física al incrementar la producción de energía hace que aumente la temperatura de los músculos, lo que mejora la coordinación y disminuye la probabilidad de lesiones.
El calentamiento debe iniciarse con movimientos de grandes grupos musculares para que se produzca un gran aflujo de sangre.
Posteriormente se van activando grupos musculares más específicos.                                                                        
Además, también es preciso realizar ejercicios de estiramiento de los distintos grupos musculares. La última fase del calentamiento está dirigida al gesto técnico específico de cada deporte.                
Los ejercicios de calentamiento deben realizarse, siempre, antes del entrenamiento y de la competición, son los factores más claros en la prevención de lesiones y en el aprovechamiento del rendimiento deportivo.
Después del entrenamiento o de la competición, se deben hacer ejercicios de enfriamiento para volver a la situación de reposo de forma paulatina, y para relajar los músculos y dejarlos listos para la siguiente sesión.

¿Que es la flexibilidad?
La flexibilidad articular es la combinación de la movilidad articular, la fuerza, la coordinación y la propiocepción (apreciación de la posición y el equilibrio).
En las personas que van a realizar ejercicio físico es muy importante mantener una adecuada movilidad (rango de movimiento articular) y flexibilidad articular.
Para esto hay que tener en cuenta varios factores:
  • la temperatura de los tejidos obtenida durante el calentamiento
  • el grado de activación neuromuscular
  • la elasticidad de los músculos, tendones, ligamentos y cápsulas articulares                                  
  • la edad
  • las características psicológicas
La flexibilidad articular no es igual en todas las articulaciones. Se va perdiendo con la edad y suele ser mejor en las mujeres. Es muy importante para mejorar el rendimiento y para evitar las lesiones.
Los ejercicios de flexibilidad articular también deben estar incluidos tanto en la fase de calentamiento como en la de enfriamiento y sobre todo en los periodos de entrenamiento intensivo.
La coordinación y la propiocepción requieren gran entrenamiento para su desarrollo. Se afectan mucho después de una lesión. Son muy necesarias para la correcta integración de los nervios, los músculos y las articulaciones en la ejecución de un movimiento.

Acondicionamiento de los distintos componentes del aparato locomotor durante el ejercicio
Es muy importante el acondicionamiento paulatino de las distintas estructuras del aparato locomotor para poder hacer frente a las cargas crecientes del ejercicio físico.
  • Los huesos se ejercitan con el entrenamiento regular y se van adaptando al aumento de las cargas, haciéndose más fuertes y robustos. Estos cambios se van haciendo de forma lenta y progresiva.
  • El cartílago recubre las superficies articulares de los huesos y permite el deslizamiento entre los huesos durante el movimiento. El ejercicio físico mantiene al cartílago fuerte, mientras que la inactividad lo convierte en una estructura fina, débil y que se puede lesionar fácilmente. La mejor forma de mantener un cartílago en buenas condiciones es por medio del ejercicio suave y mantenido.
  • Las estructuras formadas por tejido muscular y conjuntivo, (ligamentos, cápsulas articulares, tendones, vainas y fascias), forman también parte del aparato locomotor:
Los ligamentos son fuertes y poco elásticos, dando estabilidad a las articulaciones.
El ejercicio regular preserva la fortaleza del tejido conjuntivo y retrasa la degeneración propia del paso de los años. También mejora las propiedades mecánicas y estructurales.
La inactividad hace más rígidos a los tendones y a los ligamentos por lo que se pueden lesionar con más facilidad.
El músculo está formado por numerosas fibras contráctiles que con el ejercicio se hipertrofian. Con la edad se pierde la fuerza, y parte del volumen disminuye, siendo reemplazado por grasa.
La inactividad afecta al músculo de varias maneras: disminuye la fuerza, y se alteran la coordinación y la propiocepción, por lo que aumenta el riesgo de lesión. Por otra parte un músculo fuerte y activo protege a las articulaciones de las lesiones porque absorbe y disipa las fuerza externas que impactan desde el exterior.
La preparación física y la psicológica antes del entrenamiento y de la competición están dirigidas a un mejor rendimiento y a reducir la incidencia de lesiones.




 

domingo, 15 de abril de 2012

Introduccion a las tecnicas de isostretching en el entrenamiento II

una actividad locomotriz no será correcta sin:

— una buena flexibilidad y un buen tono de la musculatura
del raquis,
— una buena movilidad de la pelvis y del diafragma,
— un buen reparto de los flujos internos,
— una buena armonía entre estas tres funciones y
— un cierto grado de conciencia de la correcta actitud
postural.

El isostretching es capaz de garantizar este trabajo en varios ámbitos:
— prevención,
— mejora de ciertas alteraciones morfológicas y
— desarrollo y mantenimiento de la forma física.

Nosotros incidiremos sobre:

— la conciencia corporal, mediante la evocación de imágenes
mentales y el conocimiento del propio cuerpo, a través de la
corrección en los ejercicios,
— la movilidad, utilizando los estiramientos musculares y los
movimientos de la pelvis y el diafragma y
— el tono muscular y la fuerza, a través del autoalargamiento de
la columna y las contracciones isométricas.

La gimnasia erectora es un método específico de musculación para reforzar y tomar conciencia de la estática vertebral.
Las tensiones externas traen consigo una serie de compresiones y aplastamientos a nivel del raquis; el autoalargamiento solicita la acciónde los músculos erectores que reaccionan contra este fenómeno.
Esta posición es simplemente una técnica de trabajo, un estado transitorio; en ningún caso se pretende fijar permanentemente la posición de la columna, que adoptará de nuevo sus curvaturas al final del ejercicio,
teniendo éste un efecto corrector, a largo plazo, sobre las posibles anomalías.
Los músculos paravertebrales profundos se activan constantemente, mediante contracciones sucesivas, para encontrar el equilibrio.
Se trata, en cierto modo, de una actividad propioceptiva continua.También inician el movimiento y permiten mantener la corrección postural mediante una contracción isométrica mantenida, implicando a la resistencia
muscular local. El isostretching favorece su desarrollo, coloca la columna en posición de seguridad y le permite, de esta manera,mantener dicha actitud durante más tiempo, gracias al tono muscular que
se haya podido desarrollar.
Los músculos superficiales participarán en el movimiento y asegurarán la sustentación, como los obenques de un barco (no sujetando el mástil, como se ha dicho a menudo), o como los tirantes de una grúa.

El isostretching:
— una espiración profunda y prolongada,
— un descenso de los hombros (fijación isométrica) y
— el autoalargamiento del raquis.

A partir de la posición inicial, el hecho de modificar la posición de los brazos o de las piernas, o de parte de ellos, nos permitirá introducir diferentes variantes. Evidentemente, algunos ejercicios serán más difíciles que otros.Además, la pica y el balón contribuyen a ello.
Cada ejercicio postural requiere un gran consumo de energía, por lo que será conveniente alternar fases de recuperación y estiramientos.
Hay que repetir el ejercicio, al menos, tres veces: la primera para asimilarlo, la segunda para corregirse y la tercera para ejecutarlo lo mejor posible.
Las sesiones incluirán ejercicios de tipo:

— simétrico respecto al eje, con el fin de evitar las rotaciones que resultan de cualquier movimiento a causa de los ejes articulares y las inserciones musculares para aumentando la dificultad, alcanzar una
mayor tensión;
— asimétrico, que pondrán en evidencia las restricciones y limitaciones articulares.
La pica (de 1m a 1,20 m) y el balón medicinal (de 1 a 3 kg) introducirán presiones y dificultades extrínsecas para colocar la pelvis y la columna vertebral.

El trabajo respiratorio, basado en inspiraciones y espiraciones profundas, desarrollará la capacida ventilatoria, evitará bloqueos y presio
Debido a nuestra preocupación por evitar la flexión anterior del tronco, el descenso de los hombros (cualquier esfuerzo, generalmente, implica su elevación) estará siempre presente, lo que se traducirá
en una contracción dnes, especialmente en el diafragma inferior, y regulará el tiempo que se debe mantener la postura.e los músculos fijadores que acercarán los omoplatos por su ángulo inferior, sin que lleguen, no obstante, a tocarse.